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Una unidad Verdadera

  • Foto del escritor: Marcos Morales Garrido
    Marcos Morales Garrido
  • 9 ago 2019
  • 3 Min. de lectura

Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa.

2 E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra.

3 Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro.

4 Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico.

5 Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.

6 Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones:

7 ¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?

8 Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones?

9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda?

10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico):

11 A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.

12 Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.

Marcos 2:1-12


Introducción.-

Hoy vivimos tiempos de crisis, crisis en lo natural, crisis de valores, crisis de identidad, crisis en la familia, pero lo más triste es que también hay crisis en la iglesia, teniendo a Dios, teniendo su palabra, teniendo su Santo Espíritu.

Crisis de Identidad } ya no se sabe quién es o no cristiano

Crisis de valores } Cristianos que no son honestos

Crisis de unidad } unidos pero no de corazón

A qué se debe todo esto; podemos dar muchas respuestas sin embargo necesitamos recordar que la vida cristiana es en primer lugar una relación real y personal con nuestro Señor Jesucristo (si bien la vida cristiana no se puede vivir y realizar al margen de la palabra de Dios, que está llena de mandamientos), también es cierto que la vida cristiana no se establece sobre la letra del mandato, sino en relación con la gloriosa y santa persona que ha dado el mandato (Dios)


I Un amor verdadero

Entonces vinieron a Jesús trayendo un paralitico que era cargado por cuatro…

¿Quiénes eran estos cuatro? No lo sabemos; pero ellos estaban demostrando un amor verdadero, ellos estaban centrados en la necesidad del paralitico; pensaron primero en la necesidad de un amigo enfermo antes que en sus propias necesidades; ellos estaban conscientes de la real condición del paralitico.

La Escritura dice en 1ra corintios 13 “El amor (ágape) no busca lo suyo”

Romanos 12:9-10 “el amor sea sin fingimiento, aborreced lo malo seguid lo bueno, Amaos los unos a los otros con amor fraternal”

Sin embargo preguntémonos ¿Cómo está el amor en la iglesia? ¿Hay un amor genuino y verdadero? Sin embargo la gran mayoría en la iglesia del Señor tiene un amor interesado, un amor egoísta y hasta un amor con condiciones.


II Una unidad verdadera/genuina

En esta historia del paralitico podemos apreciar claramente la unidad que tuvieron estos cuatro amigos:

- Unidos en visión

- Unidos en esfuerzo

- Unidos en propósito

- Unidos en la dificultad

- Unidos en la solución

Hoy en día la unidad en la iglesia muchas veces es de nombre no real genuina; como se puede hablar de unidad cuando tenemos pensamientos, sentir y pareceres diferentes. Es necesario recordar y orar al Señor sobre la unidad y recordar lo que dice la Escritura en Hechos 1:14 “perseveraban unánimes en ruego y oración”.


III Una fe verdadera

Una fe verdadera lo podemos definir de muchas maneras; sin embargo la fe verdadera nos lleva a la acción; en el caso del paralitico, el paralitico fue sanado por la fe verdadera que tuvieron los cuatro amigos que los llevo a la acción, a superar las dificultades hasta poner al paralitico a los pies de Jesús. Muchas veces nuestra fe no crece, pensamos que nuestra fe es fuerte pero muchas veces no es así, porque nos desanimamos cuando vienen las dificultades.


Conclusión.-

Lo único que nos puede ayudar a tener en la iglesia un amor verdadero, una unidad verdadera y una fe genuina es reavivar nuestra relación personal con nuestro Señor Jesucristo. Entonces veremos la gloria del Señor en nuestros cultos y en nuestra vida personal.




 
 
 

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© 2019 por Marcos Morales. Creado con Wix.com

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